Resumen
El desarrollo de la antropología mexicana en la región noroeste del país, en tanto área geográfica y cultural, se caracterizó en el pasado por generarse dentro de un debate académico de corte político e ideológico que tuvo por eje el centrismo mesoamericano. En este diálogo, sostenido entre investigadores nacionales y norteamericanos, entregados a la tarea de definir una regionalización, salieron a la luz una serie de problemas etnocéntricos en ambos lados de la frontera.
El antropólogo Edward Holland Spicer, investigador de la Universidad de Arizona, estuvo presente como parte de esta discusión desde la década de 1940, con su trabajo etnográfico y etnohistórico de los pueblos indígenas de la región, del cual surgieron obras particularmente relacionadas con la teoría de la aculturación y la etnohistoria. En este trabajo se analizará la vida y obra de Spicer, con el propósito de explicitar sus aportes a dicho debate, así como su posicionamiento en la historia de la antropología del noroeste mexicano.